¿Qué llevaría a alguien a disfrutar de un vino elaborado de la misma manera que hace dos siglos? Jon Fine, un escritor curioso, se aventura a un antiguo y frío castillo en el Valle del Loira para descubrirlo. Jean-Pierre Robinot, un apasionado enólogo francés de mediana edad, parece un personaje salido de otra época, con su cabello a lo Ben Franklin y una energía frenética tras sus gafas. Sin temor a parecer un poco excéntrico, comparte su visión sobre el futuro del vino con extraños.
Su enfoque no es tanto sobre el futuro como sobre el pasado. El vino natural, esencialmente, se elabora de la misma manera que hace cientos de años. Utiliza uvas orgánicas cosechadas a mano y rechaza las levaduras industriales, aditivos y el dióxido de azufre. Según Robinot, para comprender verdaderamente el vino natural, debes despojarte de todos los conocimientos preconcebidos y abordarlo con una mente fresca, como si retrocedieras en el tiempo hasta los albores de la humanidad.
Este viaje lo llevó a La Dive Bouteille, un festival que reunió a más de 120 enólogos naturales en un antiguo castillo en Brézé, donde las luces tenues iluminaban las paredes de piedra y los enólogos compartían sus creaciones con entusiasmo. Aunque el ambiente era festivo, el frío invernal no se dejaba disipar fácilmente.
La experiencia en La Dive Bouteille mostró que el mundo del vino natural es diverso y apasionante. Mientras algunos enólogos pueden parecer excéntricos, muchos son vignerons serios y respetuosos de las limitaciones impuestas por la vinificación natural. Aunque algunos fanáticos pueden convertir el vino natural en una cruzada contra el "vino industrial", la verdadera esencia radica en la honestidad y la artesanía.
El autor esperaba encontrar extremistas obsesionados con la ideología de lo "natural", pero descubrió que La Dive Bouteille estaba llena de enólogos discretos y apasionados. A pesar de las rarezas ocasionales, la calidad de estos vinos naturales sorprendió positivamente.
Degustar vinos naturales requiere una recalibración del paladar y las expectativas. Mientras algunos pueden parecer extraños al principio, muchos de estos vinos son limpios, frescos, llenos de sabores frutales concentrados y refrescantemente ligeros. Tienen menos alcohol que los vinos convencionales modernos y, en algunos casos, incluso menos que los vinos de hace 20 o 25 años.
La travesía de Jon Fine reveló que, más allá de la retórica y la ideología, los vinos naturales pueden ofrecer experiencias deliciosas y auténticas. No es necesario retroceder al inicio de la humanidad para apreciar la calidad y el encanto de estos vinos.